¿Por qué nos frustramos?
Si a cualquiera de nosotros le preguntan qué es lo que nos mueve a actuar, por lo general, tenderíamos a responder que son las cosas que pasan a nuestro alrededor las que condicionan nuestro comportamiento. Si nos paramos a pensar un poco, tal vez, la respuesta no sería la misma. Si yo estoy escribiendo esto a las 15.00 horas en mi despacho, es porque estoy esperando la llegada de un paquete con cartuchos para la impresora con los que espero poder imprimir unos documentos que, espero, sean satisfactorios para la persona a la que debo entregarlos. Esto, es el artículo que espero publicar el próximo lunes en este blog.
Si nos fijamos en esta pequeña secuencia de hechos nos daremos cuenta de que un elevado porcentaje de mi conducta actual se basa en expectativas, en lo que espero que pase más que en lo que está pasando. Espero que esta noche no haga tanto calor como la de ayer para poder dormir mejor y espero que la clase que tengo que dar mañana sea llevadera a pesar de los 30º. Si nos salimos de la pura cotidianeidad, más de lo mismo. Nos pasamos la vida esperando que las cosas sucedan y actuando en función de esa expectativa.