Tomar decisiones. Psicólogos en Santiago.Confluir Psicología & Coaching. Carmen Ariza

Es frecuente que uno de los síntomas mas llamativos de los bloqueos vitales sea la dificultad para tomar decisiones. En realidad, tomamos decisiones continuamente: si nos levantamos o no, como nos vestimos, lo que comemos, los sitios en los que nos paramos de camino a algún lugar…

Lo que sucede es que no somos conscientes de que lo hacemos hasta que sentimos esa sensación de vacío, de no saber a dónde ir y de no saber lo que queremos. Entonces, sobreviene esa percepción de incapacidad para la toma de decisiones, esa sensación que describimos como de bloqueo o de parálisis. Aun así, seguimos decidiendo si comentárselo a alguien o no, si dejarnos llevar o intentar poner remedio a la situación.

Cuando tomamos decisiones nos vemos obligados a elegir, al menos, entre dos alternativas. A veces, más. Elegir supone renunciar a una de esas alternativas en favor de la otra, supone ser conscientes de que no podemos tenerlo todo y de que con la elección dejamos atrás, tal vez de manera irrevocable, uno de los cursos de acción.

Tomar decisiones nos obliga a establecer criterios que nos permitan evaluar las posibles alternativas. Si esos criterios están claros se incrementa notablemente la facilidad para decidir. A veces, llegamos a la decisión última por exclusión, porque hemos sido capaces de ir descartando aquellas cosas que no queremos o aquellas que queremos menos. Igualmente decidimos porque excluir opciones también es decidir.

En definitiva, conscientemente o no siempre estamos tomando decisiones. Saberlo puede aliviar la sensación de incapacidad para decidir y considerarlo como una limitación pasajera y circunscrita a algunos aspectos de nuestra vida. Forzarnos a establecer criterios claros, aunque tengamos que escribirlos para tenerlos presentes, es una herramienta importante para mejorar la toma de decisiones.

Eso sí, siempre existe el riesgo de equivocarse, pero de eso, ya hablaremos otro día.

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