Formas de manipulación
La manipulación, de una manera muy simple, consiste en influir en alguien para conseguir algo. En definitiva, hablamos de poder, de capacidad para hacer que una persona piense o haga lo que otro quiere. Por lo general, cuando hablamos de manipulación lo hacemos dándole unas connotaciones negativas puesto que, a menudo, esa influencia o ese poder se obtiene presionando, chantajeando o provocando en el otro un sentimiento de culpa. Lo que se consigue suele ser que la persona haga algo que no quiere hacer porque le desagrada y le genera malestar.
Otro tipo de manipulación, menos agresiva, es la que llevamos a cabo, por ejemplo, cuando queremos influir en la percepción que los otros tienen de nosotros. Nos vestimos, nos adornamos o nos comportamos de una manera determinada con el fin de dar una imagen, parecer más atractivos o impresionar a alguien. Aunque no deja de ser una forma de engañar suele considerarse como algo aceptable socialmente, dentro de unos límites, ya que es una manera de hacer que los demás vean de nosotros lo mejor que tenemos.