No hay duda de que el Coaching está de moda. Desde hace unos años las palabras Coaching, o quien lo ejerce, coach, aparecen de manera reiterada en los medios de comunicación. En los concursos de la televisión, en las tertulias de la radio, en las empresas, en todas partes hay coaches. Cabe preguntarse si en esta avalancha de coaches están todos los que son o son todos los que están. En la actualidad, atribuirse la función de coach es relativamente fácil ya que no existe como profesión reglada, como podría ser la de abogado o la de psicólogo, son las diferentes asociaciones que existen en el mundo (más de 200 según algunos cómputos) las que certifican, en función de sus propias normas y exigencias, a los nuevos coaches.
Esto quiere decir que no hay criterios comunes en la forma de abordar esta actividad. Tampoco existe una titulación previa que capacite a quien quiere ejercer como coach, puede ser un fontanero, una economista, un malabarista o una directora general de cualquier entidad. Los consultores se han reconvertido en coaches, algunos haciendo exactamente lo mismo que venían haciendo, los orientadores, los entrenadores…, todos son ahora coaches.
¿Cuál es el futuro del Coaching? Es difícil saberlo. Por un lado algunos colegios profesionales, como el de psicólogos, están certificando, previa acreditación de formación y experiencia, a sus profesionales como especialistas en Coaching, algunas universidades ofrecen Máster en Coaching y diferentes entidades privadas siguen impartiendo formación según los criterios de la asociación a cuyos principios se adscriben.
En los próximos años veremos cómo evoluciona el concepto, la actividad y la regulación. Todavía hay que escribir mucho sobre el Coaching, trabajar, investigar y debatir. Cada vez son más las escuelas y tendencias. Es muy probable, como ha pasado con todas las disciplinas, que haya muchas más en el futuro.