Pensar mucho ¿lo mismo que pensar bien?
Foto: Geralt. Pixabay
¿Pensar mucho es lo mismo que pensar bien?
La forma en la que pensamos sobre las cosas nos facilita una mejor definición de los problemas y una mejor búsqueda de alternativas. Se trata de cambiar el “pensar mucho” por el “pensar bien”, siendo bien la forma que nos permite conseguir nuestros objetivos, o lo que es lo mismo, la que nos permite ir desde dónde estamos hasta dónde queremos estar.
Habitualmente, tendemos a pensar de dos maneras: en círculo, lo que se manifiesta en expresiones como “yo le doy muchas vueltas a las cosas” o “no hago más que darle vueltas” o en túnel, queriendo ver un punto en la lejanía viendo negro todo lo demás: “no tengo otra opción” o “es que no soy capaz de ver otra salida”. Lo cierto es que tanto una forma de pensar como la otra son tremendamente limitadoras. La primera porque a lo que damos vueltas una y otra vez es al problema, no a las posibles soluciones, y la segunda porque ese efecto túnel nos impide ver cualquier otra posibilidad obcecados en no mirar en otras direcciones.